Him Rivera, artista valdiviano

HIM RIVERA
El artista que retrata el alma de Valdivia

Him Rivera es un artista comprometido con su obra y vive exclusivamente de ella. No pinta a pedido y no hace ningún tipo de concesión al respecto. Su inspiración brota espontáneamente y enfrenta la tela sin ideas preconcebidas, sólo escuchando buen rock y no pensando en las lucas ni en vender, sólo en crear.
Así nace la obra de este destacado artista valdiviano que por un contratiempo de salud descubrió el arte y su vocación. “En 1987 una enfermedad me dejó en cama unas tres semanas, era la época en que debía dar la prueba de aptitud y por lo tanto pensaba en qué iba a estudiar y todo eso. Por esas casualidades llegó a mis manos un libro de dibujo de anatomía y cubismo, que me llamó bastante la atención, me gustó. Luego de tres meses armé un taller bien artesanal en mi casa y empecé a dibujar y a pintar con tempera”, recuerda Rivera su fortuita aproximación a la pintura. .
Más tarde, concentrado en su afán, se fue a Santiago a estudiar Publicidad al DUOC. Una vez titulado no lo pensó dos veces y regresó a Valdivia, donde conoció a su principal mentor: “en 1993 llegó de España Ignacio Barrientos, que fue mi maestro, quién me mostró cosas no tradicionales dentro de lo que conocía. Además de su enseñanza, cultivé una amistad que hasta el día de hoy mantengo”.
De aquel entonces la carrera de Rivera se robustece y sus trazos y temáticas polisémicas son objeto de elogios y aprobación dentro del medio. Hoy, plenamente consolidado, está dentro de lo más selecto del circuito artístico local.
Define su arte como sensorial, abstracto, expresionista; puntualizando que es “muy de interior y de contemplación”. Cuenta que hoy, su motivo central es la naturaleza urbana valdiviana: “después de tantas vueltas llegué a la conclusión que la naturaleza es lo que me motiva, ya que estoy rodeado de ella, de paisajes. Es una cosa sensorial y de síntesis. Es bien sintética Yo me acuerdo que cuando llegaba a Valdivia de Santiago, en bus, por el sector de la Coval, observaba los planos de agua y los árboles que se reflejaban, era fabuloso por la mañana. Ahí estaba el horizonte y comienzo a pintar desde ahí. Ahora empecé a trabajar sobre papel desde el 2012, acrílico. Ahora me planteo de otra forma, más de como sacarle el alma al paisaje, más que mostrar lo de siempre, y el papel me da esa posibilidad, además que el papel es más accesible. No me interesa mucho si lo voy a vender o no lo voy a vender, sino que hacerlo”.

-¿Cómo es el proceso de creación, cómo nace una obra tuya?
“No me propongo nada, o sea, no tengo una idea concreta. Como te digo, la naturaleza está marcada, es algo que me fluye. Trato de pintar en tranquilidad porque no me gusta tirar mala onda, un tiempo estuve pintando fuerte, tirando hartos brochazos, eso no quiere decir que no lo vuelva a hacer de nuevo, pero por ahora estoy con los paisajes urbanos que pinto desde 2008 más o menos. Los formatos alargados son los que me acomodan, ya que son formatos que tienen marcado el horizonte”.

-Pero cuando te enfrentas a la tela en blanco, ¿visualizas imágenes, en lo que vas a pintar?
“No, bueno también depende de los materiales, es medio chistoso, pero depende de los materiales y los colores que tenga, porque uno no siempre tiene en la paleta todos los colores, pero siempre hay gente amiga que te ayuda. Entonces veo mi paleta, la tela, el soporte que tengo, y de ahí empiezo a dar vuelta, escuchar música, hasta que fluye la pintura y la inspiración”.

-¿Y qué tipo de músicas es la que te sirve de inspiración, o la que oyes cuando pintas?
“Rock. Es extraño, porque puede ser música un tanto pesada y te sale un paisaje. No entiendo, pero está tan dentro de mí la apreciación, que es una simbiosis que se produce súper bonita”.

-Muchas personas no le encuentran sentido a los cuadros abstractos o no figurativos, hay muchas interpretaciones y opiniones al respecto. ¿Cómo invitarías a la gente a ver tu obra?
“Para mí lo especial, más que gustar o no gustar o entender o no entender, es que al pasar por alguna exposición mía el público no se olvide, que no sea una exposición más. Igual es difícil recordar un cuadro abstracto, pero te llega la sensación. Hay que dejar todo su ser abierto para ver la pintura”.

-Podemos decir entonces que es válida cualquier interpretación, aún cuando lecturas que son parte de tu intención
“Claro que es válido, es comunicación, y el significado está en el público, en el espectador. Yo doy la guía y algo más, pero por eso no hay título, por eso no hay firma… algunos firmo y otros no, porque me ensucia lo que estás viendo, es como una ventana que esta abierta y si le pones la firma se cierra; igual ahora estoy firmando porque tiene que quedar un antecedente. Lo que me gusta es que uno pueda abrir la mente e ir más allá. Si es que pudiera pedir algo, o aconsejar, es que las personas enfrenten la obra con la mente abierta, que no piensen que tienen que saber mucho de esto… es sencillo, es como ver un atardecer, tiene que llegarte, y si no te llega también es válido”.

-Siempre se ha dicho que en Chile es difícil vivir del arte, en tu caso ¿es efectivamente así?
“Sí. Te conversaba anteriormente lo de la paleta, lo de los colores que tienes, hasta de los formatos; de hecho tampoco uno cuenta con un taller más amplio como se quisiera. Para lo que hago, en algunos casos, la extensión tendría más puntos de vista si fuera un espacio más abierto; por ejemplo, en mi taller trabajo cuadros que son de 1 por 30 y los hago a una distancia de dos metros y medio, entonces no tengo mucho espacio para verlos, y cuando tengo la oportunidad de apreciarlos de lejos, se ven diferentes. Es difícil vivir de esto, pero tampoco imposible. Yo creo que no hay que dejarse estar”.

-¿Qué es lo más satisfactorio de este, a veces, sacrificado oficio?
“Lo que me gusta del oficio es el momento, más que la obra terminada y colgada -no sé si será muy egoísta decirlo- más que el publico que lo ve, es gratificante ese momento que es como ir rasgando algo e ir descubriendo de apoco un tesorito. Eso es como lo más gratificante. También es grato que por ahí un amigo te diga me llega esto o siento esto”. .

-Hay algún proyecto utópico o ambicioso que te tengas en mente y que te gustaría concretar
No sé qué más utópico que atravesarle el alma al paisaje de Valdivia en 30 por 1. No sé qué más ambicioso que eso: sacarle toda el alma a los árboles, al río, a las casonas, que es lo que estoy haciende en la actualidad”.

-¿En qué esta Him Rivera hoy?
“Ganamos un Fondar con la Ale (Alexia Garrido), que es mi amiga y especie de manager. Se trata de una retrospectiva de 10 años de Him Rivera. Empezamos en marzo a trabajar, así que ahora viene todo un proceso de enmarcar, tomar fotos, hacer afiches, etc. En agosto es la exposición, así que bien”.

-Algún otro objetivo para este 2013
“La verdad no me proyecto, sólo puedo decir que seguiré pintando y conversando con mis amigos”.

“Gracias a Ignacio Barrientos, Germán Arestizabal y Juan Carlos Iturra, quienes me enseñaron a ver otras cosas más allá. Ésa es mi escuela. No me considero autodidacta porque estas personas me entregaron, a su manera, sus conocimientos”.


TRAYECORIA
Him Rivera ha realizado numerosas exposiciones, tanto individuales como colectivas, y su arte ha estado presente en Bariloche y en la Feria ch.ACO en Santiago. El año 1994 logró una mención honrosa en el Salón de Primavera del Centro Cultural Austral, y el 2003 obtuvo el tercer lugar en el concurso de pintura Mes del Mar organizado por la Corporación Cultural Municipal de Valdivia, mismo certamen donde el 2006 y 2007 consiguió el primer lugar. El 2008 ganó un Conarte con “Paisajes Urbanos”, y recientemente se adjudicó un Fondart para una exposición retrospectiva de 10 años de su obra.