Claudia Rudloff Mewes, pintora valdiviana

“EL COLOR ES DETERMINANTE EN MI VIDA”
La pintura es un camino sin marcha atrás, sin pistas y que no se detiene nunca; es un proceso de constante búsqueda y de permanentes ritmos impulsados por la intuición y nuestra lluvia eterna.
Algo así pasa con Claudia, una valdiviana y pintora de nacimiento, ya que el arte no ha sido una opción, si no que un destino que acepta feliz.
-¿Cuándo comenzó la pintura en tu vida?
“Desde siempre, desde el colegio. Nunca fui una gran alumna, pasé por muchos colegios y era la que le hacía los dibujos a mis hermanos, mis primos. Siempre destaqué en eso. Finalmente terminé mi enseñanza media en Santiago en un Instituto de la Universidad de Chile para las escuelas de arte; ahí me encontré con un ambiente ideal, con gente que percibía las cosas de igual manera que uno, porque nosotros vemos las cosas de otra manera… Era un ambiente maravilloso en el que se compartía con alumnos de escuelas de teatro, música, en un contacto muy armonioso ya que sentíamos igual. Los artistas tenemos una mente dispersa que es un aspecto de la creatividad”.
-¿Qué es lo que te motiva, lo que te entusiasma cuando inicias una pintura?
“Todos los pintores tiene una temática propia, pero cuando encuentro algo que me gusta, que me llega, por lo general son los elementos del sur: la textura, el colorido, es lo que me gusta. Yo trabajo mucho con espátula, las texturas son para mi muy significativas; me encantan las acuarelas pero no soy capaza de hacerlas, siento que éstas son muy sutiles y delicadas y yo soy mucho más intensa. Mis temas son siempre propios del sur, pero con elementos tangibles, que evidencian una vida del ser humano, a quien directamente rara vez he plasmado. Se da por hecho que en lo que yo hago está presente el ser humano, en lo que ha hecho”.
-¿Aparte de las puertas como rastro del ser humano en lo cotidiano, qué otros elementos han captado tu atención?
“Creo que los elementos me determinan en la medida en que encentro texturas que me atraen, como la de los botes o los bosques, que si te das cuenta son muy del sur, pero a la vez también tiene una textura rica e interesante de trabajar. Es una búsqueda constante de cosas que te motiven, y que no se transforme en una mecánica. Pintar es mi desafío constante”.
-¿Consideras que las temáticas plásticas son circulares, cíclicas?
“Efectivamente, existen temáticas que regresan a mis procesos creativos pero nunca de la misma manera inicial. Cuando a mí me cautiva un tema y lo plasmo, son procesos fuertes, intensos, y por lo mismo irrepetibles”.
-¿Cuándo domina la intuición a la técnica en tus procesos?
“´Sin duda la técnica siempre debe estar presente y es lo que les dugo a mis alumnos de mi taller. La técnica es igual a una receta de cocina, pero hay particularidades que tienes que poner tú. La técnica es un apoyo, pero la diferencia la marca uno mismo a través de lo que uno siente e intuye. Eso es lo que otorga particularidad y alma a un cuadro”.
-Claudia, ¿tú sueñas en color o en blanco y negro?
“Absolutamente en color. El color es determinante en mi vida”.