LAS REFLEXIONES DEL SEMPITERNO CURA IVO

“YO QUIERO A LOS VALDIVIANOS CON SUS DEFECTOS Y VIRTUDES”

El sacerdote que llegó de Bélgica hace más de medio siglo se ‘confiesa’ con Temporada y habla de lo humano y lo divino, y vierte importantes revelaciones de su vida y de temas tan delicados como el abuso de menores por miembros de la iglesia.


En el oratorio de la casa que habita nos recibe amablemente el padre Ivo. Una pequeña sala, donde según cuenta, pasa gran parte del día rezando. Pone un cojín en uno de los asientos más mullidos, advirtiendo que sufrió una caída que le dejó la espalda medio complicada. De hecho, lleva puesto un corsé bajo su suéter.
“Usted hace las preguntas y yo respondo”, señala con un hablar medio ‘mutro’ que delata de inmediato su origen europeo. Siempre mirando a los ojos, abre el diálogo detallando el momento en que sintió el llamado de Dios. “Bueno, en todo ser humano, hay lo que se llama un momento en la adolescencia de la opción fundamental, o sea, uno elige lo que va a ser en su vida. Yo vivía en una familia muy creyente y con padres muy generosos. Yo en las vacaciones, cuando tenía menos de catorce años, goce de la vida sirviendo en unas colonias de vacaciones juveniles, donde fui llamado a ser dirigente de niños, descubriendo así la alegría de servir. De ahí partió todo. Después un sacerdote me dijo que debía tener un ideal, sin decirme sacerdocio, pero me dijo que tenía que pensar en lo que iba a hacer de mi vida, y poco a poco me llegó la idea del sacerdocio. Por eso, cuatro años más tarde entré al seminario y me ordené a los veinticuatro años".

-¿Cómo se gestó su venida a Chile, fue decisión suya?
“Eso fue una segunda opción. El Papa pio XII pidió a los países católicos o medio católicos, como Bélgica, Holanda, Francia, España e Italia, que tenían muchos sacerdotes, de compartir sacerdotes diocesanos -que es el que se queda siempre en la misma diócesis con servicio-, entonces yo era miembro del Clero de la Diócesis de Bruselas en Bélgica y escuché el llamado antes de ordenarme. Lo leí en un ‘artículo que decía que querían sacerdotes para América Latina, donde había gran escases de sacerdotes diocesanos. Interesante, me dije, voy a tener que fomentar vocaciones nuevas para América Latina, y en ese entonces yo sólo conocía Argentina por el caso de Perón, México y algo de Brasil, pero Chile era desconocido. A fines del año cincuenta y cinco me preparé en mi parroquia para esta experiencia y a principios del año sesenta llegué a Chile, tres meses antes del terremoto de Corral".

-¿Cuál fue su primera impresión al llegar a una tierra tan lejana y a un pueblo tan pequeño como Corral?
“Yo en general no me quedo con impresiones, siempre vivo el país y las impresiones se ven después. Pero para mí el momento era diferente, por supuesto había pobreza, pero cuando llegué no fue tan chocante porque era verano. Más bien fue la impresión de un pueblo feliz en su pobreza, pero con problemas”.

-Chile es un país mayoritariamente católico, desde ese aspecto ¿cómo observó el compromiso de los creyentes?
“Lo mismo que en Europa, donde hay gente que se dice católica y después pasada la edad de la primera comunión, chao pescado. Vuelven para el matrimonio y después para la muerte. Pero eso no es tan diferente de Europa, que es una gran masa que nunca ha sido realmente católica, que es religiosa. Lo que sí me llamó la atención a mi llegada fue la profunda religiosidad del pueblo (corral), pero eran muy ignorante del catolicismo, de la catequesis”.

-¿Y qué piensa del bautismo cuando se transforma en un mero trámite para que los niños sean aceptados en un determinado colegio‘?
“Primero, según la iglesia, los colegios no pueden condicionar la entrada a los alumnos, sean bautizados o no. Yo estuve en colegio católico y cuando tenía once años hubo dos bautizos de compañeros que eran judíos y que se bautizaron delante de nosotros, nunca le exigieron ser católicos para entrar al colegio. En países como la India hay montones de colegios católicos en donde la mayoría son hindúes o musulmanes, pero van porque la educación es buena. Claro, hay algunos que se convencen”.

-Uno es sacerdote las 24 horas al día, pero aparte de las funciones propias de su investidura, ¿qué cosas le gusta hacer, en qué se entretiene?
“Nunca dejo de ser sacerdote, pero tengo amigos con quienes paso un buen rato. Antes me gustaba escuchar música, pero ahora no puedo porque tuve un pequeño accidente que me dejó sordo, así que las palabras me llegan por audífono, pero la música grabada se deforma. Música en vivo y en directo puedo escuchar”.

-¿Cómo fue ese accidente?
“El 1 de junio del 2006, al entregar una arma ilegal a la comisaria, el carabinero que la recibió la tomó y tenía quince balas adentro, y sin darse cuenta disparó, y estábamos en una sala pequeña de cemento, y bueno, traumatismo acústico que no tiene remedio... total ser sordo tiene sus ventajas. Pero me gusta leer, conversar y compartir con la gente. Pero paso mucho tiempo aquí (oratorio)”.

-¿Visita a su familia en Bélgica, cada cuánto lo hace?
“Antes viajaba cada tres años, ahora cada año u año y medio porque nos ponemos viejitos, entonces dos hermanos están enfermos y voy para allá para estar presente”.

-¿Es muy difícil ser sacerdote? Le pregunto esto porque estamos en un mundo lleno de tentaciones
“Bueno, sabe que a veces hay jóvenes que me han peguntado ¿padre y usted nunca se enamoró?, y yo les contesto siempre, más o menos diez veces al año… jeje. Uno debe guardar para si el sentimiento. Es evidente que uno se encuentra con un montón de mujeres estupendas, no solamente exterior sino interiormente, entonces es normal que el hombre sienta latir un poco el corazón, pero si uno lo guarda para si, las cosas se van por si solas y uno queda con una amistad. Pero sobre todo, no hay que decirlo nunca a la persona, ése es mi principio. Sé que hay mujeres que posiblemente se enamoraron de mí, no siempre es recíproco, pero a veces podría haber sido recíproco, pero quedó ahí nomás, en una amistad profunda. Pero yo creo que es casi más fácil guardar el celibato que guardar fidelidad conyugal”.

-¿Cómo así?
“Cuando uno no tiene ninguna experiencia sexual es más fácil, y los que han tenido experiencias anteriores bueno, la ?delidad conyugal es más difícil”.

-Nunca pensó en formar una familia, tener hijos...
“No, en algún momento sí, pero la vocación empezó tan temprano que no pasó por mí. Después lo piensa nomás, pero yo dije un día: seré célibe y aunque la iglesia cambie de ley, yo no cambio, porque es un compromiso”.

ABUSOS A MENORES

-¿Y qué le pasa cundo se entera de noticias en que sacerdotes están implicados en casos de abusos sexuales a menores? Aquí hace poco un cura Salesiano fue protagonista de un hecho de esas características

“Me entristece mucho. Otra cosa es cuando un sacerdote decide dejar el sacerdocio para casarse, cosa que respeto profundamente, incluso tengo amigos que lo han hecho y siguen tan religiosos como antes. Pero cuando pasa esto, lo mismo cuando cualquier persona comete un abuso, porque la proporción de sacerdotes que caen en esto no es mayor que entre los no sacerdotes. Lo único es que hace más noticia. Entonces le duele a uno, como a los carabineros si algún funcionario falla, duele a la institución, porque uno no pertenece solamente a la humanidad, sino que también a un grupo especial, entonces uno siente esto en el alma. Sobre todo que además la prensa le pone ‘pino’, lo recalcan antes del juicio, porque en el fondo, en el caso actual (del cura Salesiano), todavía no hay juicio, no se sabe exactamente lo que ha pasado, si es una imprudencia o un abuso, porque todavía no sabemos. Nuestra actitud es dejar que la justicia actúe y ponemos la con?anza en los jueces”.

-Pero efectivamente en otros casos sí se ha comprobado la participación de sacerdotes en abusos sexuales
“Siempre ha habido, pero también así como los casados abusan de sus propios hijos".

-¿Por qué sucede esto tan infame?
“Yo creo que el hombre si enraíza su ética, su moral en Dios, no cae en la tentación. Yo, por ejemplo, paso horas en este lugar (oratorio) para orar, y esto es como lo que hacía Jesús cuando se retiraba de la multitud para ir a orar a la montaña y después -es muy simbólico- caminaba sobre el agua. El agua en la biblia es símbolo de muerte, de las fuerzas de la muerte, y él dominaba el viento y el temporal, porque precisamente es simbólico, ya que él puede dominar, saliendo de la oración, todas las fuerzas contrarias. El hombre debe orar y si no es cristiano debe meditar porque esto ayuda mucho”.

-¿Le gusta vivir aquí, al sur del mundo?
“Yo creo que le gusta a mucha gente vivir en Valdivia. Hay un ambiente de buen trato y de saludarse. Yo quiero a los valdivianos con sus defectos y virtudes. Por otra parte, está la acogida, la alegría de vivir. Me gusta Valdivia y me gustan los valdivianos tal como son, claro que no sé si yo les gusto a ellos tal como soy... jejeje”.

-Por último, ¿qué mensaje le dejaría a la comunidad valdiviana?
"Bueno, darse cuenta que nunca deben echarle la culpa a los demás de las cosas negativas, deben buscar siempre primero su culpa o responsabilidad. Primero hay que mirarse a si mismo y también hay que admirar primero a los demás antes de admirarse a uno mismo".