La Melita y su mundo de azar

La Melita y su mundo de azar:

“ESTO SE HA TRANSFORMADO EN MI VIDA”
MÁS DE 20 AÑOS AVALAN UNA PROFESIÓN QUE COMENZÓ DE MANERA AZAROSA, PERO QUE CON EL PASAR DEL TIEMPO SE HA CONVERTIDO EN TOFA UNA EXPERIENCIA PARA AMELIA BARRIL. .

Poco importa si hace frío o calor, si llueve o hay neblina, incluso si son las 12:00 ó 20:00 horas. Es que para Amelia Barril, más conocida como ‘Melita’, cualquier período es bueno para vender, se trate de un Kino, Raspe, Polla o Lotería; una profesión que acogió hace ya 25 años y que ha desarrollado de manera casi ininterrumpida durante todo este tiempo.
Y es que a esta popular mujer es fácil encontrarla en algún café o restaurante –Hausmann, Palace, Shop Dog, etc.- de la ciudad ofreciendo diversos juegos de azar a los clientes. Una verdadera tradición valdiviana que en muy pocas ciudades puede ser apreciada.
Confiesa que “ni me he dado cuenta como ha pasado de rápido el tiempo. Me gusta mucho esto de compartir e interactuar diariamente con la gente, la verdad no me veo en otra cosa, y ojalá pueda seguir desarrollando esto que es mi vida”.
Claro que sus inicios en la venta de ‘cartones’ distan mucho de lo que pudo haber pensado en un momento, y algunas veces la frase ‘las vueltas de la vida’ suele calzar a la perfección: “yo era hija única, muy regalona de mi papá, entonces nunca tuve la necesidad de trabajar. Sin embargo cuando él falleció en el año 1964 comencé a estudiar secretariado, profesión que al final por falta de empleo nunca ejercí. Mi hermano, me dijo que no me preocupara y me dejé estar. Fue en el año 1981 que volví a la carga por hacer algo, y se me ocurrió la idea de comenzar a vender boletos de sorteo, ya que había muchas personas que trabajaban y no les daba el tiempo para salir a comprar o revisar sus números. Recuerdo que en ese tiempo sólo se vendía Polla y Lotería. De a poco me fui embarcando en esto y ya es algo que se transformó en parte de mi vida”.
Comenta que incluso en La Unión, su tierra natal, es reconocida. A modo de broma cuenta que “en una oportunidad iba una señora con una niñita de más o menos 7 años. En el momento que paso al frente, ésta comienza a decir: ¡mira, mira mamá la tía del Kino!”


HASTA EL CHINO RÍOS
Tanta interacción con distintas personas ha contribuido que Melita se lleve más de alguna sorpresa. Cierto es que la mayoría de sus clientes son gente común, pero también hay excepciones a la regla: “hace muchos años entré al Café Hausmann a vender números a un matrimonio. Yo les ofrecí Lotería, y él con una sonrisa me preguntó cuál me gustaba más, a lo que yo le dije Lotería. Grande fue mi sorpresa cuando supe que el boleto que acababa de vender era nada más que al entonces Gerente de la Lotería de Concepción. Incluso una vez en verano, en ese mismo Café, me tocó venderle al ‘Chino’ Ríos, que estaba acompañado con unas personas”.
Y no sólo sus clientes se han visto beneficiados con sus números, entre los que se cuentan dos autos, y un premio de un millón de pesos, sino que fue ella misma hace algún tiempo atrás que se vio beneficiada con $250.00: “cuando llegué a la agencia, Don Ricardo Schmidt me pregunta si alguien había ganado algún premio y si era hombre o mujer. Yo le respondí fue una dama, que viene siempre por acá, a lo que Don Ricardo entre risas me dice ¿no me digas que fuiste tú Melita?”
El tiempo pasa volando y Melita tiene que volver raudamente al centro a captar gente, el Kino se ha acumulado “así que va a estar buena la cosa”, comenta. Por mientras esté atento, que la suerte puede estar rondando en cualquier esquina de la ciudad.